SOBRE EL MUERTO LAS... MENTADAS

Me había mantenido al margen de este tema, porque consideré que ya era suficiente con el circo que armó el gobierno federal para subir a calidad de niño héroe al extinto Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien pereció hace dos semanas víctima de un "accidente o atentado? que provocó el desplome de su avión.

Mucho se ha hablado del tema: que si complots, que si atentado, que si un misil, que si un choque de ondas electromagnéticas, que si un borrachazo, que si chana que si juana, etc.

Sin embargo, ante los últimos acontecimientos, y en la víspera de que se dictamine "caso cerrado", daré mi opinión sobre el asunto:

1. Los expertos en seguridad dicen que cuando estás en franca guerra, ya sea en un conflicto bélico o en una guerra contra el narco, nunca deben viajar juntos, pues en caso de accidente o atentado, dejarías acéfala a la organizaciób, ejército o autoridades que encabezas. En este caso, a quien se le ocurrió poner en el mismo avión al Secretario de Gobernación y al Zar antinarco, las dos cabezas visibles en esta lucha sin cuartel contra los narcos.

2.- La prontitud conque se ha movido el gobierno federal, desde el primer momento, para dejar en claro que fue un accidente y no un atentado es bastante sospechoso. Primero, porque sin mayor análisis previo se dio a conocer esta versión. El titular de la SCT, Luis Téllez, ha asumido el rol de fiscal y vocero, habiendo otras dependencias, con el perfil idóneo para ello, que se han mantenido al margen.

3.- La nula fluidez de información veraz. Todo se ha manejado a través de la "información oficial" que ha sido sezgada, matizada, maquillada. La información pública se ha basado en las suposiciones, en las dudas. La información públicada se ha alineado al gobierno federal.

4.- La exagerada exaltación de la personalidad del finado Secretario. El Presidente Calderón lo ha subido al altar de los altares como mártir, el funeral de estado con el que fue condecorado resultó demasiado superfluo, demasiado falso para mi gusto. No hay que olvidar que Mouriño estaba en el ojo del huracán por diversas irregularidades: desde el influyentismo para firmar contratos familiares y beneficiarse de PEMEX, hasta su probada incapacidad para alcanzar acuerdos políticos. Y sinceramente, las bienaventuranzas que le endilgó el mandatario a su amigo y colaborador, no solo fueron demasiado cursis, sino que además violentó la ley al perderle la calidad de laico a un evento de Estado.

5.- La secrecía con que se han manejado los audios de las grabaciones de cabina. La semana pasada nos endosaron versiones estenográficas sobre lo que, supuestamente, hablaron los pilotos en los 17 segundos cruciales antes de perder la vida.

6.- Deben recordar que en el accidente no sólo murió Mouriño, también falleció José Luis Santiago Vasconcelos, otro hombre fuerte en el combate contra el narco. A él no lo han honrado, no lo han homenajeado, nadie ha hablado de él, ni ha exaltado su trabajo.

Murieron también los demás tripulantes, además de civiles que murieron en tierra, en el fuego provocado por la explosión de la avioneta. Y sus deudos todavía no saben si recibirán alguna indemnización.

7.- No se vale que hoy, sobre el muerto las mentadas. Hoy todo mundo ha crucificado a los dos pilotos. Ya se habla de que no estaban capacitados, de que no conocían ese tipo de aviones, de que no estaban familiarizados con la aeronave. Hoy se dice que los dos pilotos eran unos perfectos imbéciles y asi, el gobierno, ha encontrado a los dos perfectos conejillos de indias para afianzas más su teoría y dar carpetazo al asunto.

Nunca sabremos la realidad de las cosas, nunca conoceremos las verdaderas causas del accidente. La mayoría de los mexicanos se habrá tragado la historieta bien montada por el gobierno federal y muchos medios de comunicación. Otros no nos quitaremos de la cabeza que todo es una farsa que pretende ocultar que la verdadera causa fue un atentado Que fueron asesinados.