
Esto de los blogs está buenísimo… Bendita sea la hora en que a alguien se le ocurrió crear este formato de interacción en la Web para que todo aquel que tuviera ganas de escribir algo y compartirlo con los demás, lo pudiere hacer de manera rápida y fácil. El blog se ha convertido en poco tiempo en el medio más efectivo para la conformaciòn de comunidades de cibernautas que buscan en este tipo de espacios la herramienta ideal para compartir ideas, inquietudes, aficiones, miedos, sentimientos, etc.
Los hay de todo tipo, formas, diseños, extensiones, contenidos: los hay de música, de deportes, de religión, de política, de economía, de espectáculos, de cine, de cocina, de temas de interés social, los hay pornográficos, eróticos, bizarros, infantiles, etc. Los blogs son, en concreto, un espacio más personal para poder ejercer la mentada libertad de expresión.
Pero que pasa cuando esta mentada libertad de expresión se transgrede y se convierte en libertinaje para que cualquier persona rebase los limites y convierta un blog en una autentica letrina en la que es capaz de tirar kilos y kilos de mierda, escondido en el anonimato? El medio se pervierte, se prostituye, se lacera su objetivo principal y cae irremediablemente en el terreno de lo escatológico, lo vulgar, lo vil.
Ejemplos como este abundan en muchas paginas y sitios, blogs creados para la interacción con personas que son, se supone, pensantes, maduras, capaces de debatir, de disertar, de opinar, de criticar con fundamento. Muchos de estos espacios se han convertido en un verdadero muladar, albergando acusaciones banales, señalamientos que rayan en lo absurdo y lo inverosímil, ofensas, diatribas, etc.
Hasta donde es permisible este tipo de conductas o contenidos, sobre todo en espacios que se precian de ser importantes, de ser referencia para los sectores importantes de la sociedad? No existe todavía una regulación o reglamentación para el Internet, y bajo esa bandera se han permitido toda serie de situaciones; es decir, sin regulación, no hay quien meta mano para detener este reguero de mierda, como se hace en la tele o en el radio, en donde la Secretaría de Gobernación Federal si tiene injerencia y poder para meter tijera y suprimir toda clase de comentarios, palabras, situaciones que atenten contra "la moral y las buenas costumbres".
Creo entonces que es responsabilidad de cada medio, de cada sitio el regular, el colocar filtros, el depurar comentarios irracionales cuyo contenido no tenga nada que aportar, sobre todo si se trata de un blog, columna o editorial con un tema realmente importante.
Y no se trata de censura, de coartar la libertad de expresión, pero considero que ésta se debe abordar con responsabilidad, con honestidad, con la capacidad moral de, cuando menos, ser capaces de firmar y sostener lo comentado y no escudarse en la cobarde bandera del anonimato.
Supongo que no faltará quien me califique de mocho o agachón o timorato; bienvenidos sean los comentarios, pero no me asumo como tal. No faltará quien, partiendo de lo aquí expuesto, diga que en la columna radiofònica y en este blog hablo bajo un sobrenombre para no dar la cara y entonces caería en lo mismo que estoy criticando. Pues no. En efecto, hay un sobrenombre, como los hay en muchos medios impresos y electrónicos en el país y en todo el mundo, pero al igual que ellos, lo uso con responsabilidad y además, después de todo, tampoco es un secreto el verdadero nombre y la verdadera personalidad de quien esto escribe y para que medio trabajo así que si por lo aquí escrito merezco que me la mienten, pues ya saben adonde encontrarme.
2 comentarios:
l a m e h u e v o s !!!
Tio Lolo, no te dejes, ya sabes que los envidiosos son los que te atacan. Pero, al igual que Alejandro y Valentínk déjales claro que hasta en esto, hay clases.
Publicar un comentario